EL TRUCO PARA MANTENER EL BRONCEADO

EL TRUCO PARA MANTENER EL BRONCEADO
Cada verano queremos un bronceado perfecto y que dure lo más posible porque
sinónimo de salud, felicidad, bienestar y belleza.
Pero, ¿cómo
hacerlo?
¡Protegerse de
los rayos del sol es la llave!
Con la difusión
de las informaciones sobre la correcta exposición a l sol, cadauno de nuestro
ha adquirido la conciencia de los daños que los rayos ultravioleta pueden
causar a nuestra piel. De hecho en comercio hay siempre más tipologias de
cremas solares para protegernos durante la exposición, pero también es
importante utilizar lociones after sun a base de principios naturales
certificados y seguro.
Antes de
exponerse al sol aplique tu leche solar en todo el cuerpo, prestando atención
en el empleo de cremas con protección mayor en las zonas más sensibles como
labios, orejas, nariz y la área alrededor de los ojos. Sólo ahora podrías
tenderte, jugar en la playa, bañarte o hacer un lindo paseo.
Al final del día
no sentirás la piel “quemarte”, pero sentirás el necesito de hidratarla.
EL SECRETO para
mantener el bronceato se esconde en las acciones que vas a cumplir al FINAL DEL
DÍA.
Después haber
regresado del mar, una ducha es esencial para limpiar la sal y los productos
solares. Los filtros de protección contenidos en la crema no hidratan a la
piel, solo han la función de protegerla, creando una pequeña barrera pero, como
no son naturales, tienden a deshidratar aún más la epidermis.
Después
enjuagarte exhaustivamente, termina la ducha con un chorro de agua fría para
hacer cerrar las escamas del pelo y tonificar la piel.
Ahora es el momento más importante: aplicar una crema corporal con aceite virgen extra de oliva en todo el cuerpo. Si aun no la tenéis, añadid dos cucharadas de té de aceite a la crema que estáis utilizando y esperad para ver el efecto final... Van a tener una piel dorada y resplandeciente y, sobretodo, ¡por muchísimo tiempo!
¿Por què?
Añadiendo aceite
virgen extra de oliva a vuestra crema permitís, ayudado da la emulsión, de
penetrar en la epidermis, realizando más en profundidad su acción elasticizante
y nutritiva y restableciendo su equilibrio fisiológico, compromiso por la
exposición solar.
No es un caso si, para los antiguos, el árbol de oliva era símbolo de inmortalidad, en nuestro caso de nuestro amado bronceado.